Entre fábricas de Aluminio, en uno de los lugares más feos de España hay un paraíso que nos hace soñar con acantilados de papel. Es como si Gaudí los hubiera diseñado, como si formaran parte de un Parque Güell gallego que asoma al Cantábrico dejándonos con la boca abierta...
Extrañas figuras fantasmales asoman por el horizonte, son los restos de hormigón que sirvieron para hacer el rompeolas del puerto